Tips de lo que es bueno poner atención en el momento de armar un espacio de estudio para tus niños.
Con la entrada de los niños al colegio y el cambio de curso, comienzan las necesidades y exigencias según la edad. Especialmente desde que tienen cinco años, aproximadamente, pues algunos colegios comienzan a mandar tareas. Actividades que pueden ser una vez a la semana o todos los días, dependiendo del establecimiento educacional. Aquí es cuando comenzamos a necesitar de un espacio en nuestras casas donde ellos puedan hacer sus tareas y comiencen a entender el concepto del estudio.
Como muchas otras cosas relacionadas a la maternidad y paternidad, uno tiene un sinfín de preguntas al respecto. En este caso, en qué me debo fijar para que mi hijo (a) tenga un espacio adecuado para estudiar. Frente a lo anterior, Magdalena Calvo, educadora de párvulos y psicopedagoga, creadora además de Tienda Alma Petit, entrega ciertos tips relacionados al momento de comprar, diseñar o mandar a hacer, el futuro lugar de estudio para los niños.
Es importante que el niño se acostumbre a trabajar siempre en el mismo sitio y que sea un lugar cómodo y agradable.
El escritorio: Debe medir, como mínimo, 1,20 m de largo x 60 cm de ancho y disponer al menos de un cajón para dejar los lápices y los libros, de forma que el niño tenga espacio para estudiar.
En cuanto a los materiales del escritorio es ideal que traten de materiales con alta durabilidad como la madera, evitando las estructuras metálicas que a la larga se oxidan. Además fijarse en que las pinturas y los pegamentos empleados en la construcción del mueble no deben ser tóxicas o peligrosas.
Por su parte la silla es importante elegirla con una altura proporcional a la del escritorio (y ambas adecuadas a la altura del niño). Es importante que tenga el respaldo alto. Y debe ser sin ruedas hasta que el niño tenga 8 o 10 años.
El respaldo de la silla debe ser recto, puesto que la espalda debe estar siempre en posición de 90º.
También según su altura, los niños deben apoyar los pies en el suelo en todo momento. Tener los pies colgando no solo es antinatural e incómodo, sino que hace que la espalda y las extremidades sufran.
Con respecto a la luz artificial debe ponerse de manera que el material de estudio esté bien iluminado y no dañe la vista.
La temperatura del lugar de estudios debe estar alrededor de los 20 ºC en un ambiente limpio y ordenado.
Es necesario –y básico– que los juegos y juguetes estén guardados y fuera de la vista del niño a la hora de concentrarse en los deberes: verlos puede entorpecer el estudio. Basta un baúl o una caja grande en la que puedan esconderse.
En su habitación, evita los ruidos, tanto de equipos de música, como de televisores o juegos electrónicos, mientras el niño estudia. Hay que eliminar las distracciones para favorecer la concentración. Controlar las horas de televisión y apagarla cuando hay que estudiar. Lo mejor es que esté en otra estancia de la casa.
Finalmente Magdalena Calvo comenta, “mientras más chicos comiencen a tener un espacio único donde hacer sus tareas y estudiar, más fácil será que hagan como parte de su rutina este momento del día”, concluye la creadora de Tienda Alma Petit.
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